Lo bueno y lo malo, a veces, no es tan distinto

¿No te pasa, que.... 

Hay días, en los que la ausencia de alguien puede llegar a doler tanto que nos agujerea por dentro de tal manera que no nos permita respirar…

Hay días, en los que la sonrisa no sale, y las lágrimas no dejan de llamar a la puerta…

Hay días, en los que las piernas no quieren levantarse…

Hay días, en los que el alma no quiere llenarse…

Hay días, en los que las preguntas de nuestra cabeza no tienen ninguna respuesta….

Hay días, que aunque brille el sol, solo somos capaces de ver en color gris?

Hay días, que la vida, nosotros, el destino, o nuestro camino nos dan un paréntesis, unas horas de soledad, para que valoremos lo que tenemos en el día a día y no somos capaces de ver, o ¿Qué creías?, ¿Creías que valorarías la sonrisa, sin saber lo que duele echar una lagrima?, ¿Creías que notarías la ausencia de esa persona, si no valoraras esos momentos en los que la extrañas?, ¿Creías que valorarías tus pasos, si no supieras lo que es no andar?, ¿Creías que valorarías tu alma y sus sentimientos si no fueras capaz de ver como se vacía si no luchas por llenarla?, ¿Creías que valorarías tu razonamiento y tu semblante al razonar las circunstancias de tu vida si no fueras capaz de pararte a escuchar todas esas preguntas?, ¿Creías que valorarías el calor y la luz del sol, si de vez en cuando la oscuridad y su frío no te hicieran verlo?.

Ahora, vuelve a leer las preguntas, se sincero contigo, y conmigo, sabes muy bien que todas tienen la misma respuesta “No”, por desgracia no valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos, o hasta que llega en el día que paramos nuestro mundo y nuestra soledad nos dice al oído lo que no queremos ver ni escuchar.

Hace unas semanas, un amigo me dijo: ¿Cómo lo haces para no tener miedo a perder a alguien que quieres? (a excepción de la muerte, que ahí, no podemos hacer nada) y le conteste: Intento cuidar y mimar a los míos, darles detalles, provocarlos sonrisas inesperadas, hacerles ver cada día que les quiero y que les necesito en mi vida, hacer todo por ellos y estar cuando me necesitan, si hago eso y deciden irse de mi vida, ya me demuestran que nunca debieron estar.

Hicimos un silencio y lo comprendimos los dos, cuando das y recibes, cuando hablas y te hablan, cuando escuchas y te escuchan, cuando hay una cuerda floja por ambas partes, tanto amor, como amistad o familia, no hay miedo a que uno se caiga, porque ambos están con las mismas fuerzas, porque ambos luchan por conservar eso, si se tiene eso, si se da, si se recibe eso, no hay que tener miedo de perder a alguien, porque ambos sabéis que hacéis lo posible.

Los problemas vienen cuando una parte da, una parte escucha, una parte siempre está, y la otra aparece de vez en cuando, y la otra exige, y la otra no dedica tiempo a esa relación, es entonces, cuando no debemos sentirnos mal si esa persona se va de nuestra vida, ¿de verdad merecíamos a alguien así? O si por el contrario somos los que no hemos dado, ni hemos hecho nada por cuidar eso, ¿de verdad esa persona se merecía tanta indiferencia por nuestra parte?, entonces volvemos a lo de antes, solo valoramos las cosas cuando no las tenemos, cuando estamos apunto de perderles o cuando alguien nos hace ver lo que nunca habíamos visto en esa persona.

Nos servimos de días buenos para sentirnos felices, pero no nos damos cuenta que los malos días, que las discusiones o el perder a alguien nos ayuda para hacernos mas fuertes, para ver lo que tenemos en nuestra vida, o lo que merecemos, que todos los momentos son parte de nuestra vida, son parte de comos somos y nos forman como personas, nos ayudan a tomar decisiones.

No temas perder a alguien, quien se va es porque nunca debió estar.

No temas a llorar, las lágrimas nos limpian los ojos para que veamos mejor.

No temas a decir un te quiero, mas vale arrepentirte de lo que haces o dices, que vivir con la eterna pregunta.. ¿Y si…?

Teme solo a no disfrutar los días, a no ser capaz de sentir, a no ser capaz de hablar por lo que pueden respondernos, en resumen, teme a vivir con miedo; al fin y al cabo, cada noche con la única persona que debes ajustar cuentas es contigo, por lo que vive de tal manera que cada noche tu conciencia este tan descansada como tú.

^Esther^