Buenos días gente! espero que esteis pasando una buena Semana Santa, y a los que como en mi caso no tenéis vacaciones, os deseo un feliz fin de semana.
Os quiero hablar otra vez de las redes sociales, del avance que suponen. Yo a twitter, como ya dije en el otro artículo que escribí sobre ellas, le agradezco haber conocido a mi gran amiga Esther, otrora una desconocida y ahora alguien indispensable en mi vida, de la que valoro muchísimo sus sabios consejos, su disposición y su extraordinaria forma de ser.
También, gracias a esta red social, todos podemos darnos cuenta de que esos ídolos que tenemos, nuestro cantante o actor favorito son personas como nosotros, con sus sentimientos, su humanidad y sus ganas de vivir, con la única diferencia de que ellos triunfan en el campo al que se dedican, y ello acarrea que sus vidas sean de dominio público y se sepa inevitablemente sus amores, triunfos y desgraciadamente también sus momentos no tan buenos.
Por twitter, gracias a Esther, tengo la oportunidad de hablar con Joana, una conocida y respetada periodista española, y mejor persona aún si cabe, y algún día, se que Esther y yo iremos a conocerla en persona.
A mí, personalmente hay una persona a la que me encantaría poder conocer. No es cantante, ni futbolista, ni actor. Es alguien al que le ha tocado vivir en una familia conocida, y al que le ha tocado pasar cosas que un niño no suele pasar, que tuvo que madurar a golpes, viviendo dramas en su vida los cuales no les deseo ni a mi peor enemigo. Esta persona es Julián Contreras Jr. Desde pequeña siempre que he leido algo sobre él, he admirado su valor a la hora de afrontar las cosas, y es alguien al que me gustaría tener en mi vida como amigo. Me diréis: Vir, tu lo que quieres es conocerle porque es famoso. Y ahí os respondo que os equivocais, que por mi trabajo veo casi a diario a mucha gente pública y jamás les he dicho nada, y que en el caso de Julián, el q sea conocido, me ha dado la oportunidad de conocer su vida desde que era un niño, la que me apuesto el cuello y seguro que no lo pierdo, el cuando era pequeño hubiera preferido que no se publicara en revistas y haber sido feliz disfrutando de su familia a la sombra de cámaras, focos, y periodistas ávidos de información sobre su gente. Me encantaría tenerle como amigo, porque me encanta rodearme de gente íntegra, que con su sabiduría y su forma de ver la vida, me ayudan a crecer y a enriquecerme como persona. Sí, me diréis: Vir, tienes un montón de amigos, y el más, ¿para qué un amigo nuevo al que no conoces y el ni sabe de tu existencia? Los que me conocéis, sabéis que soy una persona muy sensible, que en seguida me preocupo por los míos, que intento aportarles la mayor energía positiva, y que lo superficial y lo material, me da exactamente igual. Entonces pienso que Julián aunque tiene sus amigos, chicas que le dicen lo guapo que es, pero creo que ese chico tiene un gran fondo como persona que seguramente muy poca gente ha tenido la oportunidad de conocer, y a mí me gustaría conocerlo. Seguramente, el siempre para la gente que le seguimos, siempre está genial, contento y feliz, pero estoy convencida de que hay momentos en los que no esté tan bien, y a mí me gustaría ser de las personas que le diera la oportunidad de desahogarse, de contarme lo que le va bien, lo que le va mal, de darle algún consejo para intentar echarle una mano y dandole plena confianza para que me hablara de todo.
Veréis este post como una locura, y como una ida de olla de las mías, pero es todo lo contrario, es una forma de plasmar mis reflexiones en mi rinconcito, como solemos hacer habitualmente Esther y yo, de rendir un particular homenaje a una persona que aunque sé que no verá este post, ya es hora de que se vea que tras esa altura que tiene y esa gran sonrisa, hay una persona plagada de humanidad y valor ante la vida, y una madurez brutal.
Pues nada, de nuevo daros las gracias por leernos, y dejarnos abriros nuestro corazón en las líneas que aquí escribimos. Un besazo y que tengáis un feliz sábado.
Vir Gavilán Mendes-Cardoso
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sábado, 30 de marzo de 2013
sábado, 23 de marzo de 2013
La historia de Vicky e Iván, un amor en la sombra
Antes que nada, daros las gracias por esas 2000 visitas que llevamos en el blog, ya que para Esther y para mí, supone un verdadero orgullo saber que haceis un huequecito para leer nuestro rincón. Yo he de reconocer que lo he dejado un poco de lado, porque por circunstancias laborales y personales no he podido escribir, pero bueno, hora de retomarlo.
Vir Gavilán Mendes-Cardoso
Esta mañana me he encontrado con mi amiga Vicky, a la que hacía bastante tiempo que no veía y nos hemos contado nuestras novedades. Inevitablemente la he preguntado por Iván, y como siempre le han brillado los ojos hablándome de él.
Os cuento la historia, porque aunque no tiene final feliz, me parece preciosa para contarla.
Todo comienza en abril de 2009, cuando ella, yo y otros cuantos más, entramos en una empresa aeroportuaria a trabajar. Vicky y yo en seguida conectamos, porque tenemos muchas cosas en común, como que las dos queremos marcharnos de España, y porque es una chica que contagia su sonrisa a cualquiera, amiga de sus amigos, y llena de energía. Cuando estábamos en un embarque, conocimos a Iván, un chico del norte de España, de preciosa sonrisa, profunda mirada escondida tras unas gafas de sol, y vitalidad, que inmediatamente supo que eramos nuevas porque se ofreció para ayudarnos en aquel embarque, que de no llegar a ser por él, hubiera sido un completo desastre.
En cuanto terminamos el embarque, Iván se despidió de nosotras con amabilidad y se fue. yo me volví hacia Vicky, para decirle que menos mal que ese chico nos había ayudado, y ya pude ver el brillo en sus ojos y el rubor de sus mejillas. La miré sonriendo, porque no hacía falta que me dijera porqué había reaccionado de esa manera.
Los días se iban sucediendo, y siempre que Vicky y yo coincidíamos, la notaba una sonrisa especial cuando se había encontrado con Iván en alguna puerta de embarque, y al final me confesó que ese chico le había gustado nada más verle, pero que no iba a acercarse a él, porque se había enterado de que él tenía novia.
Vicky siempre me convencía para ir a las fiestas que hacía la empresa, y yo accedía porque me lo pasaba genial con ella y el resto de compañeros. Siempre que llegaba Iván, acompañado de Andrés, otro compañero de su departamento, Vicky ya se empezaba a poner nerviosa y a no saber donde meterse.
-Vicky, tranquila, vete a saludarle aunque sea- le decía yo.
-¿Para qué? si el no sabe ni que existo- me decía ella
Yo veía que aunque Vicky disfrutaba de las fiestas con nosotros, siempre miraba de reojo para donde estaba Iván con su cerveza, y volvía la cabeza disimuladamente cuando alguna vez cruzaban sus miradas.
Ese mismo verano, Vicky inició una relación, que aunque se enamoró, tuvo muchos más dias grises y lluviosos que soleados, y pese a que ella intentaba ser la misma persona optimista y feliz de siempre, a mí no me podía engañar, y consciente de ello un día me lo confesó:
-Vir, mi relación no me va bien, porque tengo un novio que no me hace ni puñetero caso, y solo sonrío en los ratos que estoy con vosotros, y en los momentos en los que veo a Iván, porque cuando estoy mal no puedo evitar pensar como será el sabor de sus besos, la calidez de un abrazo suyo, o simplemente compartir con él un café.
Yo siempre la escuchaba y la aconsejaba lo que pensaba que era lo mejor para ella. Nuestros embarques parecían el Diario de Patricia, porque entre pasajero y pasajero, era donde nos contabamos nuestras cosas.
Un día nos encontramos con Pedro, uno de los compañeros de departamento de Iván, y le preguntamos por el, porque hacía bastante tiempo que no le veíamos.
-Hola Pedro! ¿sabes algo de Iván? Es que hace mucho tiempo que no le vemos.
-ojú chicas, ¿pero es que no sabéis que Iván se ha ido con Inés a Inglaterra?
En ese momento, yo pensaba que Vicky se iba a echar a llorar, pero mientras Pedro estaba con nosotras, aguantó la compostura. Al terminar el embarque e irse Pedro, Vicky se derrumbó en mis brazos y lloró como nunca la había visto hacerlo.
-Se ha ido- Me decía entre sollozos
Yo no sabía que decirle para consolarla, así que como amiga, la abracé y luego la acompañé al baño con mi estuche de maquillaje para que se arreglara un poco la cara, ya que seguíamos trabajando.
A los meses, se nos acabó el contrato y Vicky y yo empezamos a trabajar en diferentes compañías aéreas, pero siempre seguíamos en contacto.
Un día, recuerdo que estaba echandome la siesta, cuando me llamó Vicky para decirme loca de alegría, que Iván le había agregado al Facebook. Yo me reía, ya que eso era conformarse con muy poco, y me dijo que iba a aprovechar para preguntarle por privado como estaba la vida en Reino Unido, porque así mataba dos pajaros de un tiro: Se informaba para empezar a mirar cosas para salir de España, y forzaba la primera conversación con él.
Estabamos tomando algo las dos, cuando le sonó el móvil, y al dibujarsele una sonrisa enorme en su rostro, me imaginé de quien era el mensaje: ¡¡Iván le había contestado!!
Después de esa conversación, los dos empezaron a hablar de fútbol, ya que al igual que yo, Vicky e Iván son grandes aficionados a este deporte, comentarios sencillos para felicitarse por las victorias de sus equipos respectivos, y animarse cuando sendos equipos perdían. Vicky me decía que todo apuntaba a que él ya no tenía novia, así que un día que las dos nos fuimos de fiesta, y nos tomamos un par de mojitos, Vicky se decidió a escribirle un privado a Iván en el que le confesaba que él era su amor imposible desde que le conoció en aquella puerta de embarque. Al terminar ese mensaje me lo enseñó:
-Mira Vir, parece que le he escrito la Biblia, ¿qué te parece?
-Creo que has sido muy valiente, ya que llevas guardándotelo mucho tiempo.
Debido a que estábamos ya cansadas, la acerqué a su casa, y luego ya me fui yo a la mía.
A la mañana siguiente tenía tres llamadas perdidas de Vicky, la llamé nada más ver las llamadas, y me dijo bastante emocionada que Iván la había respondido al mensaje, y lo más sorprendente de todo es que le había contestado, que para él, ella también era especial, y que pronto, aprovechando que tenía que hacer cosas en Madrid, se verían.
En los meses posteriores, Vicky no se separaba del móvil esperando a recibir el mensaje privado de Iván contandole su día. Vicky tenía planeado hacer un viaje a la ciudad de Iván, aprovechando que muy cerca de allí vivía una amiga suya de la infancia. Era una mala época para Vicky, ya que pese a la felicidad que sentía por saber de Iván casi a diario, la relación que ella tenía, se había terminado definitivamente, porque se había cansado de ser invisible y de los desplantes de su pareja.
Pocos días antes de hacer el viaje que tanta ilusión la hacía, Vicky tuvo que cancelarlo, ya que a última hora tuvo que llevar el coche al taller y no podía permitirse el gasto de irse fuera unos días.
Días después, las conversaciones con Iván fueron disminuyendo, hasta tal punto que ya dejaron de hablar.
Unos meses después, Vicky me llamó, diciendome que los de la empresa habían quedado para tomar algo, y me dio pena no haber podido ir por motivos de trabajo. Al día siguiente vino a mi casa con los ojos llenos de lágrimas, para decirme que se había enterado por Pedro, de que Iván había vuelto con su novia. Yo le dije que era lógico, ya que les separaba una distancia de tres horas de avión. A partir de ahí, Vicky intentaba escribir a Iván, pero siempre borraba el mensaje para no enviarselo.
-Vir, no puedo escribirle, ya que jamás me he metido en medio de nada, y jamás lo haré. Quiero que sea feliz con ella.- me decía ella.
-Haces bien, Vicky, seguro que pronto encuentras a alguien que te haga olvidarte de Iván.- le respondía yo.
Cuando me desperté en año nuevo, tenía tropecientos Whatsapp de mi gente felicitandome el año, uno de ellos era de Vicky, contándome además que había recibido un mensaje de Iván felicitandola y que ella le había respondido.
Seguimos hablando, ya que ella y yo tenemos la ilusión de irnos fuera de España a trabajar, y estamos mirando cosillas. Esta mañana tomando un café con ella, me ha dicho que Iván y ella han vuelto a escribirse de vez en cuando, y noto como la brillan los ojos cada vez que me habla de él. Ella sabe que no va a pasar nada, no ha vuelto a decirle nada de sus sentimientos hacia él, solo hablan como amigos que hace mucho que no se ven, de hecho Iván, nos ha ofrecido su ayuda preguntando en empresas de donde él vive como van las cosas, y si siguen cogiendo gente.
-Vir, ¿qué hago? ¿sigo mi ética o me guio por lo que me dicta el corazón?
Yo lo único que la digo es que deje pasar el tiempo, que es el que pone todo en su sitio, que si tiene que pasar algo, pasará, y que si no tiene que pasar, le seguirá teniendo como amigo.
Perdonad que haya redactado este testamento, pero es una historia que me emociona, porque aunque de la parte de Iván no se mucho, porque jamás le he preguntado por Vicky, admiro como ella sonríe desde 2009 de esa forma tan especial cada vez que escucha algo sobre él.
Vir Gavilán Mendes-Cardoso
viernes, 22 de marzo de 2013
A-mi-gos, amigos y AMIGOS
Fácil de leer aunque a veces nos cuesta mucho de comprender, y aún más de diferenciarlos. Todos conocemos a mucha gente, todos tenemos una especie de clasificación o prioridad para cada una de las personas que están en nuestra vida.
Conocidos, o también se les puede llamar a-mi-gos esas personas que aparecen de forma casual, que conocemos y que de vez en cuando hacen y hacemos un acto de educación y nos molestamos en preguntar que tal están y viceversa.
Luego están los amigos, esas personas con las que tenemos más trato pero no termina de ser una relación en la que el interés predomina, que se acuerdan o nos acordamos cuando nuestros plan A a dejado de funcionar o simplemente porque sabemos que están ahí.
Y también están los AMIGOS, esas personas que están en nuestro día a día, que saben casi todo de nosotros y que nos soportan cuando ni nosotros lo hacemos, que son capaces de parar su vida y sus cosas por hacernos una tontería para sonreír, y que siempre están ahí porque lo demuestran día a día y nos hacen partícipes de su vida, al igual que al revés hacemos nosotros con ellos.
Esta "clasificación" es un forma de ver y comprender a todas y cada una de las personas que forman mi vida. Me ha ayudado a aceptar y asimilar que no todos los amigos están para lo mismo, que no todos nos van a dar ni a aportar lo mismo y que de todos no se puede esperar lo mismo. Que con unos tendrás unas relaciones más sinceras y desinteresadas y con otros una relación sincera pero algo más interesada ya que nos sentiremos igual por su parte.
La conclusión a la que llego con todo esto, es a comprender que nadie es mejor o peor, sino que unas nos aportan más que otras y con ello se ganan un lugar prioritario en nuestra vida y con ello un lugar necesario para nosotros. Es fácil aceptar a las personas y las relaciones que tenemos con cada uno cuando son capaces de aceptar lo que son en nuestra vida y lo que podemos esperar de ellos.
Tu que lees esto seguramente tendrás tu propia clasificación igual coincide con la mía o no, lo mismo es más larga o más corta, pero has llegado a comprender lo que yo, el lugar que ocupan cada una de las personas que forman nuestra vida, y así saber como actuar y reaccionar a las vivencias con ellos.
Yo sé quien es indispensable en mi vida a día de hoy y a quien si perdiera no perdería nada más q una relación interesada, o quizás alguien que simplemente esta en mi vida porque compartimos un bonito momento en un pasado, pero que con el paso del tiempo te das cuenta que los recuerdos se tienen en el corazón y no en forma de personas que no nos aportan más que aquel recuerdo.
^Esther^
miércoles, 20 de marzo de 2013
Te recuerdo...
Escribo
esto, porque todos necesitamos a veces que alguien nos recuerde cosas de
nosotros, que nos recuerde que tenemos importancia en este mundo, pero sobre
todo que nos recuerde lo que somos para los demás…..
Tú... lee... pero sobre todo, nunca olvides:
Te recuerdo… que tú vales más de lo que crees
y más de lo que algunos te intentan hacer ver.
Te recuerdo… que tu sonrisa es capaz de hacer
cambiar el día a la persona a la que se la dediques.
Te recuerdo… que una palabra tuya de ánimo es
capaz de transformar una lagrima en una sonrisa.
Te recuerdo… que sin tu presencia la vida de
los que te necesitamos no sería igual.
Te recuerdo… que un mensaje, una llamada, un
gesto de cariño tuyo es capaz de hacer sentirse importante a la persona que lo
recibe.
Te recuerdo… que cuando tu escuches una
canción, veas una foto, un equipo de futbol, o veas algo que te recuerde a esa
persona, escríbela, díselo, te aseguro que harás que ambos recordéis aquel
momento y sonriáis cada uno desde donde os encontréis.
Te recuerdo… que tienes mas fortaleza de la que
tu mismo crees.
Te recuerdo… que por mucho que esas cosas
negativas estén en tu cabeza no significa que sean ciertas, acuérdate de mi en
ese momento, te diré uno a uno los motivos por los cuales no eres lo que crees.
Te recuerdo… que solo si luchas, si defiendes
algo crearas enemigos, y es mejor eso que vivir sin haber luchado por nada.
Te recuerdo… que debes confiar en ti, porque
tienes todos los valores que tus amigos, tu familia te decimos, solo se mas
fuerte que tus pensamientos negativos, gánalos, y cree en ti.
Ojala
pudiera hacerte ver y comprender que no debes tener inseguridad, que debes ser
fuerte con tus virtudes, y corregir cada día los errores, que nadie busca un
ser perfecto, solo alguien capaz de comprender y aceptar sus errores, solo tú
puedes y debes exigirte a ti mismo, y solo tú marcas tus metas, al fin y al
cabo al único que debes de dar cuenta a lo largo del día es a tu conciencia, y
si haces las cosas en consecuencia, ella estará tranquila.
Con esto,
solo quiero que comprendas que no necesitas de nadie para ser feliz, que lo
puedes ser por ti, que no necesitas a nadie para sentirte entero, porque tú ya
estas completo, que la única persona que marca tu camino eres tú, los amigos,
los familiares, son personas que pueden andar contigo al lado, faros que te
iluminen, pero al fin y al cabo, solo tú podrás seguir caminando, y solo de ti depende
la opción de seguir creciendo.
Dedicado
a todos, porque todos necesitamos una mano tendida a veces, las fuerzas de unas
palabras que nos ayuden a sentirnos con mas valentía, te recordado todo esto,
ahora… no seas tú quien lo olvide.
^Esther^
Dedicado
especialmente a mi hermanito, porque me gustaría que algún día aprendieras a
verte como te veo, y a darte el valor que mereces.
martes, 12 de marzo de 2013
Un final, puede ser un comienzo...
Se acabó.
Adiós.
Se terminó.
Fin.
Hasta Siempre.
Hay muchas maneras de terminar con una relación, da
igual el tipo de esta (amistad, amor…) pero lo que nos cambia es la forma en la
que enfrentamos, esa palabra que supone el fin de todo, el fin de momentos
vividos, el fin de un tiempo con alguien, el fin de recuerdos, y el fin de
sueños que se quedaron pendientes de cumplir.
Sabemos que por amor, nadie se muere, pero duele
como si nos matasen, algunas veces nos duele el amor, otra es el mismo miedo a
no ser capaces de continuar sin esa persona que lo era todo, nuestra rutina, no
hay mayor miedo que volver a empezar desde el principio cuando ya nos habíamos
acomodado de alguna forma a un estilo de vida que nos gustaba, y porque no
decirlo, con el que éramos felices aunque otras veces no lo fuéramos.
El
final se da únicamente de dos formas:
La
forma que más nos duele: cuando nosotros queremos a esa persona, pero la
perdimos, no fuimos capaces de valorar las cosas a tiempo, no cuidamos la
relación o simplemente pensamos que no se terminaría. Ahí nuestra conciencia
nos carga con culpas que no podemos soportar, el castigo mental que soportamos
cuando comprendemos todos los reproches por parte de la otra persona y nos
vemos responsable de ese adiós, es aplastante, eso, unido al dolor que supone
perder a quien queremos, es un dolor que nos va mordiendo el alma y el corazón,
pero un dolor que solo el tiempo calmará, y que solo nuestra conciencia nos
ayudará a asumir que lo perdido, perdido está.
Luego
está la forma mas “llevadera” dentro de lo que supone igualmente sufrir y
pasarlo mal, pero es aquella en la que cuando esas palabras suenan por parte de
la otra persona o por nuestra parte, es cuando comenzamos a darnos cuenta de
cosas que nunca antes habíamos visto de la otra persona, o de momentos que
vivimos, nos vamos dando cuenta que quizás ni la otra persona era tan buena si
nosotros tan malos, de que quizás las cosas de las que desconfiábamos tenían
todas la explicación que no queríamos ver, de que esos detalles, y esas
muestras de cariño que hemos dado y no hemos recibido, no han sido solo culpa
nuestra, si no, también de las otras personas, comprendemos entonces que hay un
atisbo de alivio en ese final, respiramos y pensamos “igual nos viene bien” empiezas
a ver detalles, cosas vividas, donde te sentiste mal y comprendes que nunca
debías haberte sentido así, es entonces cuando a tu cabeza viene esa frase de
alivio de… “No me merecía” aunque el corazón siga doliendo, aunque tus ojos
sigan llorando, pero ya has comprendido que esa relación no sumaba a tu vida ni
a tu persona, al revés, solo restaba, solo dividía, llega el momento de ponerte
de pie, creer esas palabras y hacérselas ver a tu corazón.
Nadie muere por nadie, la vida no se nos acaba
cuando esa persona nos dice adiós, nuestra vida continua, ese adiós es un punto
final que es el comienzo de un nuevo capitulo, un comienzo donde tienes la
oportunidad de corregir errores, la oportunidad de saber hasta donde puedes y
debes dar por amor, pero sobre todo una nueva oportunidad para comprender que
Tú y solo Tú eres el dueño de tu felicidad, aunque todos queramos encontrar
alguien que nos la complemente, pero el ingrediente básico, eres Tú.
(Esta entrada va dedicada especialmente, a dos personas que espero y deseo que estas lineas les hagan recordar lo mucho que valen, a Daniela, y a Jose)
^Esther^
jueves, 7 de marzo de 2013
Maneras de caer
¿Cuantas
veces hemos llorado porque nos han herido?, ¿Cuántas veces nos hemos dicho, ni
una mas? y siempre hemos caído, siempre que nos hemos arriesgado y hemos
perdido hemos caído.
Quizás lo
que nos diferencia de los demás es la forma de caer, hay gente capaz de caer, y
hacerlo de pie, saliendo como si nada, y otros q caemos de rodillas, de frente
al suelo y necesitamos ayuda para levantarnos.
El amor,
por ejemplo, muchas veces no queremos sentir lo que sentimos aunque esos sentimientos
nos hagan volar, nos hagan sentirnos vivos, el miedo, las antiguas caídas nos
recuerdan que debemos estar preparados para la caída, pero llega y no estamos
listos, no lo veíamos (bien porque no queríamos o bien porque no creíamos que
pasaría) y caemos…de rodillas.
Los
amigos, cuando no queremos pensar que nos fallan, cuando les buscamos y no
están, nos preparamos para otra desilusión, para otra caída, volvemos a sentir
ese nudo dentro recordando que nos prometimos no volver a sentir esa decepción
por nadie, pero volvemos a caer…de rodillas.
Estoy
cansada de caer de rodillas, lo confieso, aun viéndolo, aun oyendo a la gente
de mi alrededor, caigo, me decepciono y me las sigo llevando igual que hace 10
años, quizás deberíamos aprender a tirar los sentimientos en el mismo cubo que
otros tiraron nuestro corazón, nuestras ilusiones o nuestras expectativas ¿Por
qué no podemos ser todos como esas personas que caen de pie?, nos creemos
incapaz de jugar con la gente pero nos exponemos a que los demás jueguen con
nosotros, ¿Dónde esta el limite? quiero aprender a no sentir lo que siento,
aprender a no caer de rodillas, a ser capaz de pase lo que pase, caer de pie…
¿pero si aprendiera a caer de pie, podría ser quien soy?, ¿si aprendiera a tirar
al mismo cubo lo que siento, que mi corazón, podría ser la misma persona? esta
claro… que hay maneras de caer y yo caeré siempre de rodillas….
Igual
este es el precio que pago por ser incapaz de cambiar, por seguir siendo yo en
un mundo q cambia a cada segundo, es cierto que estoy en constante cambio, que
crezco, lucho y sigo intentando levantarme a cada segundo, pero lo hago siendo
la misma… con mi mochila llena de piedras, y mi cuerpo lleno de cicatrices.
Seguiré
siendo fiel a mi misma, aunque con ello conlleve, a veces, ser mi peor enemiga.
^Esther^
lunes, 4 de marzo de 2013
Su amor imposible
“Quizás
necesite esto para poder pasar pagina. Quizás necesite decirte todo lo que no
pudimos decirnos aquella tarde... Aunque quizás ya me hayas olvidado.
Te diré que
te quiero, que te quise, y que sé, (porque aquí no hay quizás), que te querré
siempre. Que fuiste, eres y serás mi alma gemela. Mi ideal de persona, de
pareja, pero en el amor sí hay imposibles. Y tú también fuiste, eres y serás mi
amor imposible.
No se nos
acabó el amor, porque de eso tenemos mucho.
No se nos
acabó la paciencia, porque fuimos lo que necesitamos.
No se nos
acabó la diversión, porque nunca nos aburrimos.
No se nos
acabaron las ganas, porque de eso siempre tuvimos.
Pero este
adiós se queda tan colgado de sueños, de ilusiones, de mil planes, de mil cosas
que hacer. Quién sabe si quizás, algún día, no nos separe algo tan grande como
un mar. Un mar imposible de cruzar hoy por hoy.
Lo peor son
las lagrimas que no cesan de mis ojos, cuando el miedo, la pena y la tristeza
me invade al pensar….
¿Quién te
dará sus buenas noches?
¿Quién te
dará los buenos días?
¿Quién será
tu calma en esos días de locura donde necesitas que te recuerden quien eres y
lo que vales?
¿Quién te
dará sus te quiero, sus ganas de ti, sus sueños contigo?
¿Con quién
compartirás tus días, tus anécdotas, tus historias?
Con quién….
Porque ese quien ya no soy yo. Ya no soy la respuesta a nada. Ya no pintaré
sonrisas en tus días, no oiré tu voz reír, llorar, cabrearse, estar feliz, ni
decir esos te quiero que tanto te hiciera repetir solo por volverte a oír.
Ahora me
queda tragarme mis lágrimas, mis sueños contigo y mis mil planes. Morder el
corazón cada vez que hablemos, cada vez que te oiga o te sienta, y hacer como
que todo está donde debe. Porque ahora sí sé, de verdad, que no tengo sitio en
tu vida, pero es mejor esto a nada, verte a mi lado crecer como fue siempre,
sin ir mas allá…. ¿Por qué sería que me empeñé aquella fría noche en decirte lo
que llevaba años callando?.
Te pedí
para reyes, ¿te acuerdas las risas?
Compartimos
San Valentín, ¿recuerdas la ternura de aquella noche?
Vivimos
tantas tardes malas juntos, tantas lágrimas, pero tantos buenos momentos,
tantas risas y tantas cosas que se quedan y quedarán siempre para nosotros….
No puedo
decirte que te esperaré, como tu no puedes prometérmelo a mi. Cada uno debe
seguir su vida (y como duele decirlo y que retumbe tu voz en mi cabeza) pero tu
serás siempre mi interrogante, mi… qué hubiera pasado si…. Pero dicen que en
esta vida lo que es para cada uno vuelve, aunque nos empeñemos en que no.
Quizás algún día la vida nos vuelva a unir de la misma manera extraña que nos
unió ya hace unos años y volvamos a compartir todo de nuevo, o quizás no, y
aunque ahora me duela decirlo quizás tu vida no esté a mi lado, conmigo. Quizás
no sea esa persona que quisimos ser el uno para el otro.
Y me
gustaría tanto pedirte que no me olvidaras, que las palabras que decías de mi,
que los sueños en los que me pintabas nunca desaparecieran de ti, pero no tengo
derecho, ni puedo ni debo. Ahora sé lo que es salir de la vida de alguien
porque le quieres y quieres lo mejor para él. Porque ahora tus alas podrán
seguir volando por los cielos que tanto quieres. Y yo, mi recuerdo, presencia,
o las obligaciones que podría darte ya no atarán nunca mas esas alas.
Estoy tan
llena de dudas, tan llena de quizás y tan llena de dolor, de pensar que
escribiré el ultimo punto a hablar de amor contigo, y que seas tu quien lo
inspire… ojala el olvido no sea tan duro, ni tampoco tan largo, ojala la vida
te dé lo que mereces, mientras a tu lado seguiré yo, la que conociste, la que
nunca debí dejar de ser, seguirá tu amiga.
Adiós
amor….
Hola, amigo
mío….”
(Dedicado a
ti, mi querida amiga, por tus lágrimas, tus sonrisas, tus sueños, y porque
ojala nunca pierdas las ganas de volver a querer)
^Esther^
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