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jueves, 27 de junio de 2013

Yo creía....

Yo creía en la ilusión de la magia, en que algo sin saber como podría llegar a ti y hacerte feliz, que de una chistera se pudiera sacar una paloma, en la ilusión de despertar la noche de reyes y ver todos los regalos y pensar como pudieron acertar con tantos niños….


 Yo creía en la amistad, y en esos amigos para siempre, en esos juramentos en un parque, en esas cartas que leyendo con el paso de los años o mirando fotos antiguas dijeras, mira: aquí estábamos.

Yo creía en el amor, como sentimiento único y capaz de mover la tierra, como el empuje necesario del ser humano para creerse capaz de todo por la persona que quiere, creía en el amor como el sentimiento más mágico de una persona hacia otra.

Yo creía en todo, en lo que podía ver y lo que no, pero por encima de todo creía en el ser humano, creía que ser persona te daba unos poderes mágicos como el poder hacer feliz a alguien, como ser lo que otra persona necesite, ser esa esperanza cuando alguien se desorienta, ser esa enseñanza, ese consejo, en definitiva, creía que ser persona era algo maravilloso, y ya no por uno mismo, si no también por como siendo como eres puedes repercutir en la vida de alguien y hacerla un poco mejor.

Pero cada día… cada persona que he cruzado en mi vida, cada vez que veo sufrir a alguien a quien quiero, o las circunstancias de aquellos que me importan, y como no decirlo, por mis vivencias, cada día me doy mas cuenta que dejado de creer en todo eso, porque he dejado de creer en las personas y en lo que se supone que tenemos: “humanidad”.

Ahora llamamos amistad a estar ahí para irnos de fiesta, pero olvidamos lo que significa dejar de lado nuestra vida por un momento para ayudar a alguien que lo necesita.
Llamamos amor a ser quien calienta la cama de otra persona, ya no importa lo demás, no importa lo que aportemos como personas, el único amor sincero es el que hay hacia uno mismo, ya no se hace nada por otra persona.
Algunos se llaman persona, se califican de seres maravillosos, y son incapaces de mirar a un lado y ver lo que tienen en sus vidas, es egoísmo de la manera mas cruel, el egoísmo de uno mismo con derecho a pedir y exigir sobre los demás cuando lo necesita, pero… ¿Qué pasa cuando es el otro quien lo necesita?.

He perdido la ilusión en todo aquello que es representado por una persona, valores, promesas, actos de cariño, etc. Ser persona no es lo que creía, ser persona no cumple con las expectativas que tenia del ser humano, ahora somos mejores por los seguidores que tenemos en twitter, somos mejores si conseguimos que las personas que nos rodean puedan odiar a una persona por algo que quizás no nos haya hecho, somos mejores si conseguimos ridiculizar a alguien y hacerlo sufrir, y somos mejores si dejamos a quien decimos querer en casa y salimos a enamorar a otros con falsas palabras.

No es el mundo que me gusta el que veo continuamente día tras en día en los que quiero, las acciones que hacen las personas, los motivos que usan de excusa para romper y terminar con todo sin importar la persona que va a tener que sujetar los cristales rotos, no sé en que se está convirtiendo el ser humano, pero yo… no formo parte de este cambio.

No soy mejor que tú, ni que él, ni que ella, ni que nadie, solo tengo unos valores en mi vida, cuido a los que quiero y me siento responsable de lo que cada uno de mis actos y palabras pueden provocar en la vida de los demás, pero por encima de todo me siento alguien con corazón, alguien que intenta y lucha cada día por hacer ver a aquellos que ya han dejado de creer, que no todas las personas somos iguales, pero cada día…me lo ponéis mas difícil.

Cada día todo lo que se supone que es mágico y son regalos de vida, parecen mas acciones de condena.

Quizás algún día vuelva a creer, quizás algún día el ser humano vuelva a ser humano.



^Esther^




lunes, 17 de junio de 2013

Lección a los 27

La semana pasada cumplí mis 27, y con ellos aprendí y comprendí una de las lecciones más importantes de la vida y sobre todo una, que va hacer que viva más feliz, os lo cuento….

Esa lección es aprender a asumir lo que es cada persona que tengo en mi vida, lo que puedo esperar de cada una y lo que puedo no esperar, eso hará, o mejor hecho ya a hecho que las decepciones no hagan daño, sino que las comprenda, porque ya sé a que atenerme con cada una de las personas de mi vida.

Cuando sabes lo que puedes esperar de cada amigo, o conocido, es más fácil saber lo que vas a recibir y más sencillo afrontar las posibles decepciones, pero eso no hace a nadie mejor que a otros, solo nos hace a nosotros más felices, más seguros y tranquilos con nuestras personas de alrededor.

Es verdad, y no lo comprendí hasta hace unas semanas, que todas las personas que aparecen en nuestra vida es para dejarnos una lección, buena o mala pero aprendemos, y esa persona se marchara o quedará, porque ha de cumplir un papel en nuestra vida, pero ya las despedidas una vez asumido el papel de esa persona en nuestra vida no se hacen dramáticas: pues vino, dejó la lección y se marchó. Punto positivo para mi.

Las decepciones son lo que mas daño nos hacen, todos hemos llorado de rabia o impotencia ante un hecho que no esperábamos, hay que esperar de cada uno lo que con sinceridad sabemos que nos va a dar, lo que con sinceridad sabemos que estarían dispuestos hacer por nosotros, una vez que asumimos eso… bufff que suave es todo, las cosas ya cuando te vienen las sabes aguantar, las sabes manejar, no hay lagrimas ni hay enfados, solo una frase en tu cabeza: “Es así…” asumido, esperado, preparada y punto positivo para mi.

Esta lección tan sencilla me ha costado mucho comprender, pero una vez aprendida he de decir que a hecho de mi vida algo mas relajado, una vida mas sincera conmigo misma y sobre todo con las personas que me rodean, porque yo, ya sé que puedo esperar de cada uno de los que comparten mi vida, cuando sabes con quien puedes contar para cada cosa y con quien puedes compartir ciertas cosas, momentos o confesiones, cuando sabes quien estará en tus días malos y quien en tus buenos, es mas fácil, es mas fácil caminar sin vendas mirando bien y conociendo a las personas que tienes en tu vida, en tu día a día y en tu corazón.


Porque cada uno es como es, con lo bueno o con lo malo, pero si aceptamos esos errores y los esperamos, sus virtudes nos harán mas felices, y sus fallos solo serán mínimos golpes.

Gran lección aprendida, ¿no creéis? Es más fácil vivir cuando sabes que piedras esquivar, que piedras bonitas guardar o que piedras te harán daño pero podrás con ellas.


^Esther^



sábado, 1 de junio de 2013

Pregunta en la batalla

Me preguntaste porqué te quería, y recuerdo como llenandome de lagrimas al pensarte histérico y lleno de llanto, mi respuesta más facil fue: la verdad no lo sé, porque no eres lo que esperaba.
Fin de la conversación y principio de3 tu felicidad, chasquido en la puerta y el marco que tiembla.

Pasó el tiempo, el tiempo en un reloj que a cada movimiento de la aguja destrozaba un poco más el corazón, se quebraba y cada pedazo iba desenmascarando dudas, hasta que llegó el momento y miles de palabras llegaron a su mente, miles de mensajes, de risas, de momentos juntos, como un libro que pasas rápido, alli estaba: "eres el amor de mi vida" "la vida contigo me dio una segunda oportunidad" y la llegó la espada al corazón con la frase de "ni pies ni cabeza, le haces daño", y entonces entre la fuerza de sus latidos rompiendo su corazón, el temblar de sus manos y sus lágrimas cayendo, lo supo, lo comprendió, le quería porque era él, porque era ella, porque era esa perfecta balanza equilibrada, era lo que necesitaba en cada momento, lo que buscaba sin él no podía seguir, él era ella;
y entonces recordó aquella primera tarde juntos, y recordó las primeras palabras que siempre la marcarían "alma gemela".

Pero ya estaban en la batalla, ya habían descargado bombas, disparos y desde fuera llegó el disparo más duro y certero, directo al corazón y atravesandolo: llegó al alma...Siguió de rodillas, más perdida que nunca, pero esa guerra no podría ganarla sola, ahora le faltaba su mitad, la que él tenía de ella...Ahora era juntos y luchar o separados y ambos perder.

Entre tanto y sujetando el corazón contra el pecho, con su mano, se le pasaba toda la vida a su lado, todos los momentos buenos y como habían afrontado los malos, las ganas de luchar y los miedos de ambos enfrentados, comprendidos y aceptados.

Allí se quedó en el campo de batalla...esperando quizás lo que nunca llegaría.

(Dedicado a la persona que más quiero y con la que más dura soy)


^Esther^