Estas últimas semanas he tenido varias conversaciones del mismo tipo con personas que forman mi vida, pensamientos, opiniones, y palabras que dan vueltas en mi cabeza, acerca de si merece la pena o no los medios que se sufren para quizás tener la posibilidad de poder llegar a una meta propuesta.
Todo es más sencillo así: todos nosotros tenemos sueños, metas, ideales y para conseguirlo todos pasamos por un camino, ese camino a veces es mas fácil, o menos fácil pero cuando la meta es fija, todo esfuerzo nos merece la pena porque al final todo habrá servido.
Pero ¿que pasa cuando ese camino difícil lo hacemos sin ni siquiera saber si optaremos o no al premio final? ¿Todos nuestros esfuerzos, sufrimientos y malos momentos (porque los buenos no cuentan, ya que ellos no pesan) merecerán la pena si no alcanzamos el objetivo? ¿Hasta que punto estamos preparados para afrontar un camino que no sabemos a donde nos llevará?.
Hay luchas que cuando sabemos que podemos ganar o perder, hacen que el camino sea más fácil, ya que podemos elegir hasta que punto queremos perder por ellas y hasta que punto merecerá ganar aunque tengamos pérdidas, porque conseguiremos aquello por lo que hemos luchado.
Pero… luego está la lucha más difícil, aquella que no sabemos hasta donde apostar, aquella que no sabemos si estamos haciendo bien en dar todo o mal en dar lo justo, aquella que no tienen un final seguro, porque no sabemos si al terminar el camino, tendremos una victoria.
Cuando estas metido en una de estas ultimas luchas, cuando sabes que te esfuerzas, que compites, que peleas y que luchas por un objetivo que no ves alcanzable, pero que sabes que si lo tienes te hará la persona mas feliz, ¿Por qué luchas realmente?.
Creo que lo hacemos por nosotros mismos, por la necesidad de sentir que hemos dado lo mejor de nosotros, por poder decir a nuestra cabeza: “Yo lo intenté”, pero también en parte para que los demás viendo ese esfuerzo cuando caigamos nos digan: “Lo intentaste”. Que son los mismos que si ganamos, nos dirán: “luchaste y lo conseguiste”.
Es algo contradictorio, todos siempre decimos que siempre merece la pena luchar, pero siempre que lo decimos o hacemos es porque al otro lado hay algo…. Es entonces menos lógico y peor, dejar de luchar por algo que puede que nunca llegue?
Pero durante ese camino que hacemos solos, durante esos esfuerzos, esos malos momentos, donde a veces perdemos cosas reales que están en nuestro alcance, por algo que no sabemos si algún día tendremos en nuestra mano, a todos se nos pasa por la cabeza la misma pregunta ¿merece la pena?
Todos estamos metidos en luchas así, sólo piénsalo por un minuto…
^Esther^