Bueno, pues voy a hacer otra visita a este particular rinconcito, al que considero como mi particular confesionario, y en el que expongo todas esas reflexiones que me vienen a la cabeza para compartirlas con todos aquellos que os animéis a hacernos una visitilla.
En esta ocasión, voy a analizar una frase que se la he escuchado a mucha gente y que yo misma la digo.
"Te llamo, ya sabes que estoy aquí para lo que necesites"
La decimos de corazón, por lo menos en mi caso, pero si nos paramos a pensar, esas palabras muchas veces quedan como papel mojado.
Hay veces que no es por no sentirlas, sino por la dejadez que tenemos, porque anteponemos situaciones laborales, del hogar, y las personas a las que en ese momento tenemos más cerca, y porque pensamos que a esa persona que se la decimos la tenemos segura, y que por mucho que pase el tiempo sin hablar con ella, cuando volvamos a encontrarnos, esa amistad seguira intacta y tan fuerte como siempre, pero no siempre llegamos a cumplir estas palabras tal y como nos gustaría.
Pero no, señores, la amistad al igual que cualquier relación, hay que cuidarla, momento a momento, día a día. Evitar anteponer el pensar en nosotros mismos y pensar en ese amigo que nos ha tendido la mano en el momento que nosotros le hemos necesitado, y dejar de lado todas esas excusas que nos ponemos para decir "mañana le llamo" y llamarle en ese momento porque nos apetece saber de él.
No hay nada más doloroso que encontrarte un día con que esa relación se ha enfriado, y que la confianza ya no es la misma, y que por anteponer el "yo", has decepcionado a una de las personas más importantes de tu vida, alguien con el que has compartido tantos momentos, tantas cosas malas, que a su lado las compartías con una sonrisa, y tantas cosas buenas que eran mejores porque las celebrabas con esa persona.
Lo peor de todo es que casi siempre todo eso pasa sin darnos apenas cuenta de ello, y por eso el golpe que nos llevamos es más duro, porque pensamos que hacemos las cosas bien. Sin embargo, tenemos que pararnos a pensar, repartir el tiempo entre toda esa gente que nos quiere, demostrarles cada día que es recíproco, no dejar para mañana la llamada que podamos realizar hoy, y esforzarnos por demostrarles lo importantes que son para nosotros.
Es muy sencillo decir eso de "que bueno soy, yo pienso en los demás", pero claro, no basta con decirlo, tenemos que hacerlo antes de que sea demasiado tarde y perdamos a las personas que nos importan, y lo que es peor todavía, por nuestra propia culpa.
Todos tenemos momentos en los que lo único que nos apetece es encerrarnos en nosotros mismos, o sencillamente estamos ocupados con otras cosas, pero hoy en día con todo lo que ha avanzado la tecnología y la comunicación, ya no hay excusas. Hagamos esa frase realidad, y demostremosle a nuestra gente que son únicos, que les queremos, que gracias a ellos los malos momentos son más llevaderos, y los buenos, a su lado son mejores aún si cabe. Hablemosles con toda confianza de las cosas que nos gustan, de las que no, y si tenemos que pedir perdón, pidamoslo sin reparo y haciendo todo lo posible por subsanar el error cometido, ya que todos somos humanos y, queramos o no, muchas veces nos equivocamos, y utilizar todos esos errores para aprender de ellos y que nos hagan más fuertes.
Vir Gavilán Mendes-Cardoso
Di que si guapa!!!!!estoy totalmente de acuerdo contigo en todo!a mi más de una vez me han entrado ganas de llamarte pero entre la vergüenza,que casi no hablamos y que estás muy liada con tus cosas,no lo hago jejeje pero estoy totalmente de acuerdo contigo!
ResponderEliminarun besazo
Amen en todo, sister =)
ResponderEliminarEsther